El día que los Hawks terminaron animando a Larry Bird

En la historia de la NBA se han presenciado situaciones de lo más rocambolescas, pero el 12 de marzo de 1985 se vivió una que todavía nos llena de asombro y perpeljidad, sobre todo al entrenador de los Atlanta Hawks de la época, Mike Fratello.

Aquel día se enfrentaban los Atlanta Hawks y los Boston Celtics. Los Hawks eran el equipo local.

Contextualizando el momento, la liga vivía el máximo apogeo del dominio de los Celtics como Campeones de la NBA, y de Larry Bird, como MVP de la competición. En aquel tiempo Boston era el centro neurálgico de la liga estadounidense.

Días antes del partido frente a los Hawks, concretamente el 3 de marzo de ese mismo año (no habían pasado ni dos semanas), Kevin McHale había batido el histórico record de anotación en un partido de un jugador de los Celtics con 56 puntos frente a los Detroit Pistons. Previamente el record era de Larry Bird con 53 puntos.

Aquel nuevo reto y el excelente nivel de juego de Bird en aquellos momentos, hizo que se produjera el caldo de cultivo perfecto para una noche histórica y muy diferente a lo que se suele vivir en una cancha de baloncesto.

El 12 de marzo de 1985, Larry Bird anotó 60 puntos frente a los Atlanta Hawks para llevar a los Celtics a la victoria y para establecer el record de anotación de los Celtics.

El hecho de por sí ya fue muy relevante, pero lo más impactante fue la forma de hacerlo y los efectos que produjo en los aficionados y equipo rivales..

Larry Bird jugó un partido extraordinario y mientras que iba anotando iba retando tanto a sus defensores directos, como al propio banquillo de los Hawks. Repetía frases como «¿Quién quiere la siguiente?», «esta es para ti» o «ésta va limpia». Más allá una bravuconada, Bird iba anotando sin parar todo lo que iba diciendo.

Esa actitud hizo que el partido entrara en una exaltación hacia la propia actuación del 33 de los Celtics que superaba la importancia de la victoria en el propio partido. El público de los Atlanta Hawks jaleaba y celebraba las canastas de Bird como si fueran las de su propio equipo.

De hecho, la muestra más evidente de aquel extraño y surrealista clima se produjo cuando tras anotar Larry Bird un triple casi cayéndose defendido por Antoine Carr, algunos de los jugadores de los Hawks celebraron la canasta y se pusieron a chocar los cinco , concretamente, Cliff Livingston y Eddie Johnson.

Aquella situación pasó inadvertida para muchos durante el partido, pero no para el entrenador de los Hawks Mike Fratello.

Mike Fratello

Doc Rivers años más tarde contó que Fratello reunió al equipo al final del partido y les puso el vídeo del momento de Livingston y Johnson chocando los cinco y mirándoles fijamente les dijo:

«Una cosa es estar asombrado y otra cosa es animar al otro equipo».

Tan solo alguien del talento de Larry Bird podía estar a la altura de aquel increíble momento.

 

Os dejo el vídeo de aquellos momentos:

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