La temporada eterna de Walt Bellamy

La década de los 60’s se caracterizó por ser la época de los grandes records de la historia de la NBA. En esos años, jugadores como Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Oscar Robertson, Bill Russell o Walt Bellamy, eran claro ejemplos de que el baloncesto se podía jugar a otro nivel y, muchos de sus records, todavía perviven en la historia de la competición estadounidense.

Algunas de esas marcas se han ido superando con el paso del tiempo, pero hay otras muchos que parece que permanecerán todavía mucho tiempo en las páginas de oro de la NBA.

La mayoría de ese bloque de records que parecen inalcanzables, tienen como protagonista al colosal Wilt Chamberlain, pero no todos están vinculados al cuatro veces MVP de la NBA.

En aquellos años en la NBA, se produjo el desembarco vía draft de jugadores de gran calidad y potencia física, que marcarían un antes y un después en la competición.

El propio Wilt Chamberlain comenzó su carrera en la temporada 1959-1960, teniendo un impacto tan determinante en el juego, como para ganar el mismo año el premio al mejor Rookie, pero también el del MVP de la NBA. No fue sólo el mejor joven, sino que fue el mejor jugador de la liga esa temporada.

Tan solo Chamberlain y Wes Unseld en 1969, han logrado el tremendo hito de sumar el Rookie del año y el MVP de temporada en su primera temporada en la NBA.

Dos años después del advenimiento de Chamberlain a la NBA, le tocó el turno a Walt Bellamy, un atlético pivot de 211 centímetros de altura de los Hoosiers de la Universidad de Indiana, que parecía destinado a ser el hombre capaz de hacer frente al todopoderoso jugador de los Philadelphia Warriors.

Walt Bellamy en el centro con el número 35 de los Hoosiers

Bellamy fue elegido en la primera posición del Draft de 1961 por los Chicago Packers (actuales Washington Wizards) y realizó una excepcional temporada 1961-1962, en cuanto a estadísticas y logros personales.

En esa primera temporada,  consiguió 31.6 puntos, 19 rebotes y 2.7 asistencias por partido, lo que le valió para llevarse el premio a Rookie del año de 1962 y para sumar la segunda mejor temporada de un debutante en la historia de la competición, tan solo por detrás de Wilt Chamberlain, que logró en 1960 un promedio de 37.6 puntos, 27 rebotes y 2.3 asistencias y por encima de históricos como Oscar Robertson, Kareem Abdul Jabbar o Michael Jordan.

De cualquier forma, la extraordinaria primera temporada de Walt Bellamy en la competición, pasó un tanto en segundo plano ya que, aquella temporada, fue excepcionalmente prolífica en cuanto a estadísticas se refiere.

Por ejemplo, el propio Wilt Chamberlain promedió 50.4 puntos por partido, Bob Pettit consiguió 31.1 y Oscar Robertson y Jerry West, 30.8 por cabeza. Si además le sumamos que el MVP no fue para ninguno de ellos, sino que se lo llevó Bill Russell con 18.9 puntos y 23.6 rebotes, la enorme temporada de Bellamy quedó un tanto difuminada entre todas esas grandes cifras que se dieron ese irrepetible año.

Bellamy (izqda.) y Chamberlain (dcha.) en 1962

Tampoco ayudó a Bellamy ser parte de un equipo debutante como los Packers, que acabaron con el peor balance de la liga con 18 victorias y 62 derrotas.

Con el paso de las temporadas, la carrera de Walt Bellamy no terminaba de despegar.

Acumulaba nombramientos para el All Star y seguía logrando buenas cifras estadísticas, pero estaba muy lejos de los datos y logros conseguidos por los jugadores a los que parecía estar destinado a destronar.

Después de que los Packers, se cambiaran de nombre a los Zephyrs y de que se mudaran a Baltimore y tomaran la denominación de los Bullets, Walt Bellamy fue traspasado a los New York Knicks a cambio de  Jim Barnes, Johnny Egan, Johnny Green y dinero.

En los Knicks tampoco mejoraron en exceso las cosas, pero al menos llegó a poder disputar los playoffs con asiduidad junto a grandes jugadores del nivel de Willis Reed, Walt Frazier, Bill Bradley o Phil Jackson, el germen de los futuros Knicks Campeones en 1970 y 1973.

Walt Bellamy con los New York Knicks

La etapa con el equipo de la Gran Manzana, no le llevó a conseguir entrar en la historia de la NBA en base a ganar Títulos y premios individuales, pero le condujo a un record que muy difícilmente podrá ser superado por cualquier otro jugador.

Tras disputar 35 partidos con los Knicks, el 19 de diciembre de 1968 fue traspasado junto con Howard Komives a los Detroit Pistons a cambio de Dave DeBusschere.

Al día siguiente del traspaso, Bellamy disputó su primer partido con los Pistons, precisamente contra su antiguo equipo, los New York Knicks.

Ese día comenzó una serie de partidos con los de Detroit, que le llevaron a sumar otros 53 partidos de temporada regular hasta el 23 de marzo de 1969.

De esta forma, Walt Bellamy disputó un total de 88 partidos en la temporada regular 1968-1969.

Hasta la actualidad, el número máximo de partidos que se han disputado en una temporada completa en la NBA han sido 82, tal y como sucedió en esa temporada 1968-1969, pero la diferencia de partidos disputados por el calendario de los Knicks y de los Pistons, llevó a que Bellamy disputara una cantidad de partidos extraordinaria.

A día de hoy, que un jugador dispute una temporada completa sin perderse ni un solo partido, ya de por sí es poco habitual.

Tanto las lesiones, como el exigente calendario comprimido de la NBA, hacen que los jugadores o bien se pierdan algún partido por no estar en condiciones físicas, o bien descansen en algún momento de la temporada para llegar de la mejor manera posible a los Playoffs.

Por ejemplo, todo un portento físico de la naturaleza como Lebron James, únicamente ha jugado una temporada completa de 82 partidos y otro superdotado como Giannis Antetokounmpo directamente ninguna.

Estos datos ponen todavía más en valor la excepcional cantidad de 88 partidos disputados por Walt Bellamy, ya que si jugar 82 partidos a día de hoy es una rareza, jugar 88 es prácticamente imposible, porque se tiene que dar la doble condición de que el jugador pueda disputar todos los partidos y, además, que se conjuguen calendarios de equipos que le permitan jugar más de los establecidos para un solo equipo.

Bellamy taponando a Wilt Chamberlain

Bellamy se encontró con dos calendarios de equipos que tenían una diferencia de 6 partidos entre sí, lo cual a día de hoy es muy extraño que se vuelva a dar, ya que 6 partidos en un margen temporal vendrían a ser, al menos, una semana y media o dos de competición.

De esta forma, el que fuera uno de los jugadores más prometedores de la década de los 60’s, se convirtió en historia de la NBA.

Tras su paso por los Pistons sin mayor éxito deportivo, fue traspasado a los Atlanta Hawks donde jugó la parte final de su carrera en la competición estadounidense, sin llegar a conseguir ningún campeonato de la NBA.

Bellamy con la camiseta de los Hawks

Los 20.1 puntos, 13.7 rebotes y 2.4 asistencias durante los 1043 partidos que disputó en la NBA, le sirvieron para que en 1993 fuera elegido como miembro del Salón de la Fama, pero el dato por el que a día de hoy sigue siendo recordado en las páginas de historia de la liga, es por los 88 partidos que fue capaz de jugar en 1969.

Ese record difícilmente será superado, salvo que se aumenten el número de partidos disputados en temporada regular, lo cual parece que es precisamente lo opuesto a la tendencia actual de crear calendarios menos exigentes para evitar la sobrecarga de partidos a los jugadores de la NBA.

 

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