Charles Barkley… el adios de un guerrero

Una de las principales características por la que siempre será recordado Charles Barkley es por su espiritu luchador ya que nunca dio un balón por perdido. Sir Charles construyó su leyenda como uno de los mejores reboteadores de todos los tiempos con apenas 198 centímetros, lo cual no está a la altura de cualquier jugador.

Pasó toda su carrera luchando por conseguir ganar un Título de campeón de la NBA, pero se retiró sin poder conseguirlo, convirtiendose en una de las grandes estrellas sin anillo de la historia de la liga.

Primero pasó por los Philadelphia 76ers donde coincidió con grandes estrelas como Julius Erving o Moses Malone y terminó tomando las riendas del equipo. Tras 8 temporadas con los Sixers terminó buscando una salida para ir a un equipo con opciones reales al Campeonato.

Ese equipo fueron los Phoenix Suns donde logró el codiciado premio al MVP de la temporada 1992-1993 y le llegó a disputar unas Finales de la NBA a Michael Jordan y sus Bulls, tratandolos de tú a tú, cayendo finalmente por 4 a 2 en la eliminatoria por el Título.

Tras otras cuatro temporadas en Phoenix sin alcanzar el objetivo final, se subió al que sería su último tren… los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon y Clyde Drexler que acababan de conseguir un back to back.

Ese tren más que llevarle a conseguir el éxito del Título de la NBA, le condujo al final de su carrera, una retirada propia de un luchador del corazón de Charles Barkley.

El 8 de diciembre de 1999, Charles Barkley tuvo una lesión de gran gravedad. Se rompió el tendón de su cuádriceps izquierdo precisamente en Philadelphia frente a los 76ers.

Esa lesión le tuvo toda la temporada en el dique seco y practicamente ponía fin a su gran carrera en la NBA, pero Barkley no quiso que los aficionados tuvieran como su último recuerdo la lesión.

El 19 de abril del 2000 en el último partido de temporada regular frente a los Grizzlies, Barkley saltó a la cancha a pesar de no estar totalmente recuperado de su lesión.

En ese partido y tras atrapar un rebote ofensivo anotó su única y última canasta en la NBA. Inmediatamente se retiró del partido recibiendo una gran ovación de los 16285 espectadores que se concitaron en el Summit de Houston.

Sólo un guerrero como Charles Barkley, pudo acabar su carrera luchando hasta el último momento.

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